Un museo dedicado a los horrores de la guerra puede no parecer una visita muy apetecible a simple vista, pero créenos si te decimos que es un lugar que debes incluir en tu recorrido por Saigón.
Situado en pleno centro de la ciudad, a tan solo cinco minutos del Palacio de la Reunificación, el Museo de los Vestigios de la Guerra es el más grande de su tipo que podemos encontrar en el país, ofreciendo una amplia exposición que nos acerca a los crímenes cometidos durante la primera Guerra de Indochina (que enfrentó a Francia contra el Viet Minh de Ho Chi Minh) y la posterior Guerra de Vietnam (en la cual se enfrentaron Vietnam del Norte, apoyado por la guerrilla del Viet Cong, y Vietnam del Sur, con apoyo de los Estados Unidos).
Si bien la temática puede resultar difícil de digerir (por lo cual os recomendamos ir mentalmente preparados), el Museo de la Guerra de Saigón es en nuestra opinión una visita imprescindible para conocer la cara menos amable de la Historia reciente del país, algo que siempre ayuda a poner en perspectiva su presente.
Prueba de su importancia es la cantidad de estudiantes que siempre encontramos recorriendo sus diferentes salas, tomando nota de todo. Y es que, al hecho de que la guerra fue un tema tabú durante muchos años, se une el que la población más joven del país (que es su gran mayoría), no había nacido durante la última contienda.
Lo primero que nos encontramos al ingresar en su patio exterior es un buen número de vehículos y armas originales de las diferentes guerras, entre las cuales se encuentran aviones, helicópteros, carros de combate y bombas. Aquí resulta curioso ver (no sin cierta estupefacción) a algunos turistas haciéndose fotografías encima de los tanques, simulando disparar, entre risas y con sus hijos encima de los hombros; una estampa disonante entre el presente y lo que dichos artefactos representan.
Sin embargo, no permitáis que esto os desmoralice y continuad la visita, pues unos metros más allá empieza el verdadero recorrido didáctico. Para empezar, todavía en el exterior del edificio, os encontraréis con una reconstrucción de las celdas de internamiento (conocidas como tiger cages, o «jaulas de tigre») empleadas por Vietnam del Sur para encerrar y torturar a los presos políticos. Las celdas y aparatos de tortura están acompañados por paneles donde se explica al detalle su funcionamiento y el número de personas que fallecieron en ellos y, pese a tratarse de una reconstrucción, imaginar su finalidad y usos resulta estremecedor.
Una vez en el interior del edificio nos encontramos con que éste es enorme y cuenta con tres pisos con diferentes salas, cada una centrada en una temática diferente: desde exposiciones sobre la cartelería y propaganda de guerra, pasando por fotografías de las protestas contra la Guerra de Vietnam que tuvieron lugar alrededor de todo el mundo, hasta la que sin duda es la parte más dura del museo, dedicada a las consecuencias del Agente Naranja sobre la población civil.
El Museo de los Vestigios de la Guerra de Saigón es, como decimos, un lugar para el que hay que estar preparado, aunque por supuesto, si alguna de sus exposiciones os resulta demasiado dura, siempre podéis saltarla y centraros en otras. En conjunto, se trata de una visita sumamente interesante que, combinada con el Palacio de la Reunificación, supone una excelente introducción a la Historia reciente de Vietnam.