Algo sin duda te llamará la atención al viajar a Birmania es esa pasta de color amarillo claro que tanto mujeres como niños (y en menor medida, también los hombres) llevan en la cara.
Estamos hablando del thanaka, un cosmético que forma parte de las tradiciones más arraigadas del país. Obtenido a partir de la corteza de diferentes especies de árboles (Murraya paniculata y Limonia acidissima, entre otros), el thanaka es conocido desde hace siglos por múltiples propiedades: protector solar, hidratante, anti-acné , antifúngico, antimanchas, antioxidante… ¡Vamos, que lo tiene todo!
El thanaka es un producto muy popular que se encuentra en todos los mercados en su formato original de pequeños troncos. Una vez en casa, estos troncos se frotan contra una piedra especial llamada kyauk pyin, previamente humedecida con agua, la cual tiene un pequeño canal a su alrededor para filtrar el exceso de líquido, quedando solo una pasta con aroma parecido al sándalo.
La forma de aplicarlo es sencilla: primero se extiende una fina capa sobre la piel, de forma que actúe como protector de toda la cara, y después se aplica una segunda capa haciendo todo tipo de diseños sobre el rostro, desde los más sencillos y habituales (un círculo sobre cada mejilla) hasta los más artísticos (en forma de flores, hojas…). Así, a sus múltiples propiedades se le añade un uso más, haciendo las veces de «maquillaje».
En los últimos años, la curiosidad generada por el thanaka entre los turistas, así como la necesidad de encontrar una forma sencilla de transportar el producto a otros países (como por ejemplo, a Tailandia, donde cada vez es más popular), ha llevado a que en todos los mercados se encuentren botes o cajitas con la pasta deshidratada, que solo necesita ser humedecida con un poco de agua antes de ser aplicada sobre la piel.
Hoy en día es fácil encontrar pequeños puestos de telefonía o apertura de cuentas en las redes sociales en los mismos mercados en los que se venden los famosos troncos de thanaka. Y es que a pesar de la reciente apertura del país y los cambios que ésta ha traído, el thanaka sigue siendo uno de los mayores signos de identidad de los birmanos. Desde políticos de renombre hasta los vendedores más populares, sin importar su edad o clase social, lucen con orgullo este cosmético sobre sus rostros. Y esperamos que no dejen nunca de hacerlo.